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lunes, 24 de enero de 2011

Aumenta la persecución cristiana


Un inicio de año violento

El 2010 terminó manchado por persecuciones, discriminaciones, terribles actos de violencia y de intolerancia religiosa. Desgraciadamente el 2011 no parece que vaya a mejorar. Apenas media hora después de haber comenzado el nuevo año explotaba una bomba en el exterior de la iglesia copta de los Santos, en la ciudad egipcia de Alejandría, mientras 1,000 personas salían de ella, informó el 1 de enero Associated Press. La cifra inicial de muertes fue de 21, que aumentaron después a 25, y cerca de un centenar resultaron heridas.
Según un reportaje de la BBC del 1 de enero, tras la explosión, el presidente del país, Hosni Mubarak, llamó a la unidad contra el terrorismo de musulmanes y cristianos. En los días que siguieron a la explosión se produjeron varios enfrentamientos entre grupos de cristianos y musulmanes.
“La sangre de sus mártires se mezcló en Alejandría para decirnos a todos que todo Egipto es objetivo y que el terrorismo ciego no diferencia entre un copto y un musulmán”, declaró el presidente en una emisión de la televisión estatal, informaba la BBC.
La BBC señalaba que era la segunda Navidad consecutiva amargada por el derramamiento de sangre de la comunidad copta de Egipto. El 6 de enero de 2010, seis fieles y un oficial de policía musulmán fueron asesinados en un tiroteo desde un vehículo cerca de una iglesia en la ciudad sureña de Naga Hamady.
El ataque no disuadió a la gente de volver al día siguiente a la iglesia, según un artículo del New York Times del 2 de enero. Según el reportaje, los bancos de la iglesia estaban casi llenos.
La iglesia copta hacía pública una declaración, calificando el ataque como una “grave escalada” de violencia contra los cristianos, informaba el 3 de enero el Los Ángeles Times.
La declaración pedía una investigación pública del ataque y solicitaba de las autoridades que hicieran públicos los detalles del crimen cuanto antes.
La bomba de Egipto fue precedida de la violencia en Irak. Se colocaron diez bombas cerca de los hogares de familias cristianas en Bagdad. Las explosiones causaron la muerte de dos personas, con 20 heridos, informaba el 30 de diciembre el New York Times.El último ataque tuvo lugar después de que varios pistoleros entraran en la Iglesia de Nuestra Señora de la Salvación de Bagdad en octubre, causando la muerte de docenas de fieles.
Antes de las últimas bombas, muchas iglesias habían cancelado sus celebraciones de Navidad, por temor a posibles agresiones de los extremistas islámicos.
Según el New York Times, desde octubre al menos 1,000 familias cristianas han abandonado Irak, buscando refugio en Siria, Turquía y otros lugares. Algunos estiman que más de la mitad de los 1.4 millones de cristianos del país han abandonado Irak desde 2003.

Violencia en aumento

La India es otro país en el que los cristianos se han estado enfrentando a hostilidades y, según un informe al finalizar el año de Compass Direct, ha habido un aumento en los asaltos en la pasada década.
Según el informe del 30 de diciembre, los cristianos de la India han sido el objetivo de más de 130 ataques al año desde el 2001, con cifras bastante más altas en el 2007 y en el 2008. En el 2010 hubo al menos 149 ataques violentos.
La mayoría de los incidentes tuvieron lugar en sólo cuatro estados: dos estados colindantes en el sur de la India, Karnataka y Andhra Pradesh, y dos estados vecinos en el norte, Madhya Pradesh y Chhattisgarh.
De los 23 millones de cristianos de la India, 2.7 millones viven en los cuatro estados que han sufrido los brotes acontecimientos de persecución cristiana.
La situación es no menos grave en el vecino Pakistán. A fines de año, miles de personas marcharon en la capital de la nación, Islamabad, protestando contra cualquier cambio de las leyes de la blasfemia, informaba el 1 de enero el New York Times.
Los cristianos suelen ser objetivo de acusaciones bajo las leyes de la blasfemia. El caso más reciente es el de Asia Bibi, madre de cinco hijos, sentenciada a muerte tras ser acusada de blasfemia.
El encono de los sentimientos acerca de las leyes de la blasfemia se mostró de forma brutal cuando Salman Taseer, gobernador de la provincia del Punjab, era asesinado por uno de sus escoltas. Taseer había hablado a favor de las mujeres y de las minorías religiosas, según un reportaje de Reuters del 4 de enero.
El escolta, Malik Mumtaz Hussain Qadr, citaba la oposición de Taseer a las leyes de blasfemia para justificar sus acciones.
“Salman Taseer es un blasfemo y este es el castigo para un blasfemo”, decía Qadr en comentarios difundidos por televisión



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